La inteligencia artificial, el ChatGPT, las fake news y el deepfake en la comunicación

Este año 2023 pasará a la historia como el año de la democratización de la Inteligencia Artificial. En varios capítulos del libro Las fake news y las redes sociales en el escenario de la docencia, se intenta explicar qué es la Inteligencia Artificial y sobre todo, cómo funciona de una forma muy sencilla ahora que andamos a vueltas con los ChatGPT y compañía.

La IA es un gran detonante para la gran bola de la desinformación en esta era, más que nunca, de la posverdad. Lo preocupante de la Inteligencia Artificial es el pensamiento humano que la ha creado, no la herramienta en sí,  y ese ser humano será el que seguirá trabajando en ella sin que se hayan puesto los peldaños de la ética más elemental. Además de esa responsabilidad que cada vez más voces piden al unísono, tiene que ir acompañada de varias cosas. Por un lado, un fuerte refuerzo en Competencia Digital Docente que sirva para empoderar a los alumnos en lo que se nos viene encima, y por otra, una masa crítica que sepa lo que se nos viene encima.

No me gusta la palabra empoderar pero engloba muy bien las necesidades que tenemos como docentes: apoyar estrategias pedagógicas centradas en el alumno que lo queramos o no le encanta la digitalización, las nuevas herramientas de gamificación en la difícil lucha por su atención. Los expertos en este tema creen que las tecnologías aplicadas a la docencia impulsan el compromiso activo del alumno en el proceso de aprendizaje.

La Inteligencia Artificial es una herramienta más que a partir de ahora nos va a acompañar en cualquier proceso creativo, incluido el de la comunicación

La Inteligencia Artificial es una herramienta más que a partir de ahora nos va a acompañar en cualquier proceso creativo, incluido el de la comunicación que también lo es. Ahora mismo encontramos no solo el famoso ChatGPT que te genera textos en décimas de segundos (por cierto, con un margen de error importante y muchas carencias), fotografías e imágenes en general (las versiones gratuitas dejan mucho que desear), música y posibilidades sonoras (las gratuitas suenan a máquina). Esto quiere decir que sin intervención humana más que aquella que solicita el material a través de un dispositivo móvil podemos tener un guion para un programa de radio, con sintonías creadas especialmente para ese programa, piezas de audio-crónicas o reportajes para ese espacio creado con voces artificiales; podríamos tener un texto para la web con sus fotografías creadas especialmente para la comunicación en redes sociales, e incluso un vídeo resumen del programa…Todo ello, insisto, con un humano de por medio que le pida a la herramienta lo que necesita generar. Desolador. Dicen algunos. Increíble. Dicen otros, los normalmente más optimistas. La realidad: un nuevo escenario.

He realizado una prueba de este ejercicio y he de decir que sin un ser humano con experiencia radiofónica y en comunicación, con criterio, con reflexión, la máquina es un facilitador de contenido que debes curar, revisar y colocar convenientemente porque todavía le queda mucho dato que asimilar para hacerlo perfecto. Es decir, es necesaria una persona que mejore el resultado. Lo que se ahorra es tiempo. Debemos formarnos para formar a nuestros alumnos en la utilización de las nuevos generadores de contenido. Esta foto está creada con IA Dreamstudio, y juzga tú el resultado obtenido con esta petición: pidiendo: «mujer rubia que trabaja en una radio con IA creando fake news»

Imagen generada con IA en DreamStudio

Pero para este escenario que no se preveía tan rápido hacen falta personas capaces de liderar el cambio que supone. Nos ha pillado desprevenidos porque estábamos a otra cosa, pero desde 1995 IBM, Deep Blue y el famoso ajedrecista Kasparov, llevan trabajando en alimentar la máquina de los datos. Lo cuento en el libro. También cuento cómo muchos medios de comunicación trabajan desde hace años con la Inteligencia Artificial como la radio pública finlandesa con Yle (Victoria) o The Guardian. Ambos medios en 2020 ya hacían uso de sus bondades, si bien es cierto que avisando de que lo que estabas leyendo o escuchando estaba generado por la IA. Pero de repente, el tsunami con varias fotos ha entrado en nuestras vidas y la realidad es que se lleva fomentando las fake news desde hace tiempo con estas técnicas, alimentando el deepfake desde hace años, concretamente desde 2017. El problema es que no le hemos hecho caso y no nos hemos preparado para ello y ahora tenemos el problema sentado en la cocina tomándose un café, como si nada. Deepfakes se traduce como títeres digitales con un público de excepción, nosotros. Entregados a la causa por dejación en la alfabetización digital.

Pero para este escenario que no se preveía tan rápido hacen falta personas capaces de liderar el cambio que supone.

Esto va muy rápido, y tú como responsable en la educación de tus alumnos, de tus hijos o de jóvenes a tu cargo te estás preguntando si debes o no incorporarlo a tus clases. Te animo a que no te lo pienses más y si no sabes por dónde empezar, empieces por este sencillo manual.


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