Siempre digo que tengo mucha suerte con mi profesión. La etapa reportajeando que estoy viviendo en COPE me ha permitido conocer a gente maravillosa que hace cosas estupendas por los demás. Personas que me abren las puertas de sus casas, de sus vidas, de sus historias y me dejan colarme para luego poder contártelo. Es increíble, estoy tan contenta. Conocí a Arancha Lorenzo mucho antes de que ella lo supiera, través de su marido Pablo. Cuando Pablo hablaba de Arancha me dije: yo quiero conocerlo. Y así hice, contacté con ellos y me presenté en el despacho de su nuevo proyecto.
No voy a entrar en detalles de la enfermedad. Sólo decirte que el cáncer de mama la golpeó dos veces. La primera suavemente pero la segunda la tumbó sobre el ring de la vida. Arancha dedicó casi veinte años de su vida a su profesión/pasión. Ella es restauradora de obras de arte y en lo alto del andamio descubría el paso del tiempo de esculturas o retablos. Y en un andamio se quedaron sus pasiones. A los 40 años se vio incapacitada para seguir trabajando y con una minusvalía del 50%. No voy a contaros sus lágrimas, sus cambios en la vida de su familia, sus dolores y sus penas, porque eso es lo de menos o lo de más. A Arancha le aconsejaron que hiciera deporte, pero en los gimnasios cuando desplegaba su historial médico se asustaban y le dejaban subirse como mucho a la bici. Entonces pensó ¿Por qué no hay un gimnasio especial para personas como yo? Y se reinventó.
Ahí nació Shape Up, un gimnasio pionero en España que ofrece el programa «I fit Good» que permite la recuperación en tratamientos oncológicos. Y como dice Arancha «escuchamos, vemos que necesita cada paciente y adaptamos sus necesidades, esa comprensión que yo no encontré es lo que ofrezco ahora en este gimnasio para todos» Y es como una casa, no tienes la sensación de entrar en un gimnasio. Sus paredes están llenas de mensajes positivos, de detalles, de belleza (mucho queda de esa amante del arte), de vida…
Sólo si lo autoriza el médico se puede continuar ejercitando la funcionalidad de la zona operada para mejorar la condición física general.
Están en Madrid, en el Paseo de la Habana 137
Al final Este gimnasio se ha convertido en un centro para toda la familia. Cuando yo les visité salía una mamá con su bebé y dos señoras mayores, porque aquí como dice Arancha caben todos.